jueves, 20 de diciembre de 2012

Feliz Navidad


y próspero 2013.
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En primer lugar te presento un posible comentario para el texto de la actividad 07. No es preciso insistir en que se podría haber analizado desde otros muchos puntos de vista, que no tienen por que ser menos válidos.

Comentario a Corrida de toros en el Congreso

La revolución de 1868 supuso un serio intento de llevar a sus últimas consecuencias los principios liberales más avanzados. Entre ellos destacaban los relacionados con la libertad de expresión e imprenta, lo que produjo la aparición de numerosos periódicos y revistas que aprovecharon la amplísima libertad existente para analizar, criticar y debatir los problemas de la sociedad española. De este modo, los artículos y grabados de la época muestran perfectamente las distintas posturas políticas de sus autores.
Prueba de ello es el texto que se nos propone, publicado en abril de 1870, y por tanto correspondiente a la primera etapa del Sexenio Democrático, caracterizada por la edificación del nuevo sistema político y por la presencia dominante del general Prim, a la sazón jefe de gobierno. El autor opina sobre el estado del país con un estilo satírico, comparándolo con una corrida de toros narrada por un imaginario extranjero, mero recurso para atraer la atención del lector.
Los toreros son los partidos que forman la coalición gobernante: los procedentes de la Unión Liberal (como el general Serrano, nombrado regente el año anterior), los procedentes del Partido Progresista (como el propio Prim), y los apodados cimbrios (los demócratas que han transigido con la monarquía). En principio, se han comprometido a mantener la colaboración entre ellos para así lograr la transformación del estado que están realizando. Sin embargo el día a día en el Congreso pone de manifiesto las contradicciones internas de la coalición. Ante los principales problemas que se presentan (los “toros” del artículo) actúan según sus propios objetivos o intereses. El autor enumera los siguientes:
El primero es el problema de los derechos individuales del ciudadano, que han constituido una de las principales banderas de la revolución. Mientras que los unionistas tienen una visión más restrictiva, los demócratas se esfuerzan en ampliarlos. Ante esta situación serán los progresistas los que, aprovechando su mayor peso político, logren imponer un término medio.
El carácter monárquico del estado es el segundo problema. Establecida la monarquía por la Constitución (a costa del paso a la oposición de los demócratas republicanos), es necesario escoger un rey para el país. Los candidatos se multiplican, muchos de ellos promovidos por distintos grupos de la coalición (Montpensier por los unionistas, Espartero por sectores progresistas, etc.). La situación sólo es aprovechada por los republicanos, que procuran descalificar todas las candidaturas (“ponerle banderillas”).
El tercer y cuarto problema que menciona el autor están relacionados. La situación financiera del estado es bastante negativa, por lo que se harán necesarias medidas excepcionales para evitar la ruina. Y sin embargo, en esta situación tan peligrosa, los políticos se preocupan ante todo de sus propios intereses personales: obtener empleos públicos pingüemente remunerados para ellos mismos, para sus seguidores o para sus familiares. Y como estos puestos son limitados, la disputa entre los coaligados es constante.
La revolución del Sexenio ha adquirido pronto un cierto carácter anticlerical y de oposición a las estructuras católicas. Ha eliminado la confesionalidad del estado y ha establecido la libertad de cultos, aunque mantiene la financiación eclesiástica. El enfrentamiento resultante (se produce una considerable movilización católica) es considerado por el autor como un problema ante el que se van a estrellar todos los partidos de la coalición.
El resumen de los problemas anteriores es la interinidad, la incapacidad para llevar a cabo los objetivos de la revolución. Naturalmente, el autor ignora que unos meses después, con el asesinato de Prim, la inestabilidad va a crecer exponencialmente. Sin embargo, ya en este año de 1870 acierta hasta cierto punto con el curso de los acontecimientos: los “diestros” de la “corrida” serán sustituidos en 1873 por una “cuadrilla” alternativa, los republicanos federales, y apenas dos años después por los partidarios del regreso de los Borbones (“el Restaurador”). Solamente el “tercer espada de reserva” (el Legitimista) fracasará en su intento de ocuparse de la corrida mediante la tercera guerra carlista. Y, paradójicamente, ésta es la cuadrilla a la que el autor manifiesta indirectamente pertenecer a lo largo del artículo.

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Durante las vacaciones debes escoger uno de los libros de lectura que se han propuesto a lo largo del trimestre, leerlo, y elaborar un trabajo sobre su relación con la historia que hemos estudiado. No hay que resumirlo, ni estudiar sus personajes, ni señalar lo que más ha gustado (y mucho menos copiarlo en internet). El objetivo es identificar en el libro episodios, escenarios o personajes que expresen bien las características de su época, y explicar de qué modo se presentan. El análisis siempre ha de ser personal (me parece...; pienso que el autor quería expresar...) y argumentado con razones.

Una variante voluntaria (sólo para el que lo desee) consiste en comparar dos libros que traten de las mismas cuestiones bajo puntos de vista diferentes o contrapuestos. Por ejemplo, algún cuento de Pedro Antonio de Alarcón relacionado con algún Episodio Nacional de Pérez Galdós; o las dos novelas del último tema.
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Respecto al temario de selectividad, recuerdo que hay que elaborar cada apartado al ritmo en el que los vamos tratando en clase. Deben tener la extensión correspondiente a las PAU, y es conveniente preparar también un pequeño guión de los temas largos. Se debe tener muy presente una serie de aspectos: introducciones y conclusiones, coherencia del conjunto, riqueza de la información, "personalización", etc.

A continuación enumero los que ya hemos visto:

Preguntas (Vistas todas)
1. Al-Andalus.
2. La repoblación cristiana.
3. Los señoríos.
4. Mudéjares y moriscos.
5. El trabajo de los indígenas americanos tras la conquista: las encomiendas.
6. La Inquisición.
7. El fin de la hegemonía de la monarquía hispánica: la paz de Westfalia.
8. Los decretos de Nueva Planta y el fin del foralismo.
9. La Ilustración.
10. Características del Antiguo Régimen.

Textos  
Nota importante: Al subir esta entrada incluí por error textos actualmente suprimidos en las PAU, y por tanto los elimino. Los que hayan realizado el correspondiente comentario (de uno o de varios) pueden enviarlos como actividad voluntaria. Actualizo y corrijo también el documento que recogía las orientaciones y temario de la selectividad (primera entrada).

Constitución de 1812
Art. 1. La Nación Española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.
Art. 2. La Nación Española es libre e independiente, y no es, ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.
Art. 3. La Soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo perte­nece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.
Art. 4. La Nación está obligada a conservar y proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad, y los demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen.
Art. 8. También está obligado todo Español, sin distinción alguna, a contribuir en proporción de sus haberes para los gastos del Estado.
Art. 15. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 16. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey.
Art. 17. La potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en los tribunales establecidos por la ley.
Art. 92. Se requiere además, para ser elegido diputado de Cortes, tener una renta anual proporcionada, procedente de bienes propios.
Art. 366. En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de primeras letras, en las que se enseñará a los niños a leer, escribir y contar, y el catecis­mo de la religión católica, que comprenderá también una breve exposición de las obligaciones civiles.

Temas
2. El sexenio democrático

sábado, 8 de diciembre de 2012

El Sexenio Democrático (o Revolucionario)

Caricatura sobre las distintas etapas del Sexenio Democrático publicada en la revista La Madeja Política en 1875. Se reconocen perfectamente personajes y acontecimientos que estudiaremos en el tema. Cliquea para agrandar.

Seguimos adelante en el estudio de la historia de España y, una vez más, reducimos el período que vamos a analizar: si en el pasado tema nos ocupamos de 35 años, y de 45 en el anterior, ¡ahora nos vamos a limitar a seis años! Esto mismo nos indica las trascendencia del Sexenio. Algún historiador la ha considerado una ocasión perdida: casi todas las tendencias liberales logran ponerse de acuerdo para acabar el reinado de Isabel II. Aunque con importantes logros en su haber (la construcción del estado liberal, el inicio de la recuperación económica...), se había demostrado incapaz de crear unos cauces ordenados y respetados por todos para la participación política. Con la revolución de 1868 (en esencia, otro pronunciamiento militar más) se quiere diseñar un nuevo régimen que respete la participación del conjunto de la sociedad, y de ahí que introduzca el sufragio universal masculino por primera vez en España (y uno de los primeros países en el mundo).

El consenso, sin embargo, terminará en el momento en que se ocupe el poder. Entonces recomenzarán las maniobras, las zancadillas y las luchas políticas que provocarán una enorme inestabilidad (gobierno provisional, regencia, monarquía democrática, república parlamentaria, república autoritaria...), hasta tres guerras paralelas (primera guerra de Cuba, tercera guerra carlista, sublevaciones cantonales), y el considerable hartazgo del conjunto de la sociedad, que dará la espalda a las mismas instituciones democráticas al ser consideradas mera apariencia.

El régimen del Sexenio se desmoronará por sí solo. Pero cuando finalmente caiga, lo hará del mismo modo que había comenzado: mediante un nuevo pronunciamiento militar que restablecerá el trono de los Borbones en la persona de Alfonso, el hijo de Isabel II.

Revista satírica La Flaca, 1870. España se lamenta de la conducta de los políticos (fácilmente reconocibles en las viñetas de la izquierda), mientras el país se encuentra en ruinas y la población pasa hambre.

A continuación os subo dos novelas que se ocupan de este período. Ambas fueron escritas con posterioridad a los acontecimientos que fabulan: una en 1891, la otra en 1935, y desde posiciones ideológicas y políticas totalmente contrapuestas. La primera desde un catolicismo conservador inserto en el período de la Restauración; la segunda desde un anarquismo militante en vísperas de la guerra civil.



El gobierno provisional de 1868.

Las dos actividades que se indican a continuación deberán enviarse antes de las vacaciones.

Actividad 07
Comenta el texto que se reproduce a continuación (Textos de Historia de España, pág. 63-64). En este artículo publicado en La Ilustración Española y Americana, del 10 de abril de 1870, se realiza un análisis humorístico pero crítico de la situación política, a la que se compara con una corrida de toros. Intenta identificar las metáforas y símbolos que utiliza el autor, y relacionarlas con las distintas posturas políticas. Por último, debes deducir cuál es la ideología e intención del artículo.

Corrida de toros en el Congreso
Habla un extranjero: Pues bien, mi afición a la tauromaquia ha ascendido a manía, y los maniáticos ven lo que no existe, o mejor dicho, ven su manía en todo. He aquí, sin duda alguna, explicada la causa de mi fascinación cuando tomo por redondel el hemiciclo del Congreso, por espadas, toreros y picaderos a los diputados y por bichos a las cuestiones objeto del debate.
—Haga usted la reseña de la función.
—Nada más fácil: siempre dominado por mi manía, veo tres cuadrillas con sus correspondientes diestros, sobresalientes, banderilleros, etc. Entre los unionistas me parece ver al Cuco; entre los progresistas a Desperdicios, y entre los demócratas a Lagartijo.
—¡Es chistoso!
—Para los españoles no debe serlo, pero vamos al caso. Con arreglo a mi manía, un hombre franco, simpático, como si dijéramos, Topete, ha contratado las tres cuadrillas, con la condición de no formar más que una y sacar al toreo de su decadencia. Todos ofrecen secundar sus designios y firman la escritura. “No habrá celos ni rivalidades entre nosotros, dicen, se recibirán toros como en los buenos tiempos, habrá poca pintura y capeo fino, nada de dar en hueso, y si admitimos media luna será para no ponernos en pugna con la Constitución, que al fin y al cabo admite la libertad de cultos.” Así las cosas, se contratan los bichos, y todos son de la acreditada ganadería Revolución de Setiembre.
La función empieza: el Zurdo abre el toril, y sale un toro de los más bravíos, a quien han puesto el nombre de Derechos individuales.
Los demócratas le hacen dar juego, los unionistas le capean, y el gobierno se encarga, cuando lo tiene por conveniente, de descabellar al animalito.
El segundo toro, a quien los burlones llaman Monarquía, es tan marrajo, que las tres cuadrillas se escaman, y no hay quien les saque de los burladeros. En vista de esto se encargan siempre que pueden los republicanos de ponerle banderillas, y yo no sé si al fin y al cabo lo rematarán de una baja.
El tercer toro se llama Empleos... Sus cuernos se asemejan al de la abundancia, y todos van a él, armándose a cada instante camorras entre los diestros y los muchachos, porque todos dicen que el animalito les pertenece de derecho... individual.
El cuarto, flaco como una de las siete vacas del sueño bíblico, tiene por nombre Hacienda Pública. Como le ven endeble, todos le asaltan, y huye, y se hacen precisas banderillas de fuego y perros de presa, y yo no sé si al fin y al cabo habrá necesidad de hacer uso del cachete.
El quinto toro tiene dos o tres nombres, como los príncipes: unos le llaman Presupuesto del Clero, otros Matrimonio Civil, otros, por fin, Religiones Positivas. Este toro es de empeño y sirve a las cuadrillas para deslucirse unas a otras. A lo mejor coje a los unionistas, los echa al alto, pero caen de pie. Otras veces arremete contra los progresistas; pero no pasa la cosa de una contusión más o menos, gracias a las bolas. Los demócratas hacen suertes con él, y aún no sabemos si los cojerá, porque se encunan demasiado.
Por último, el toro más marrullero es el que se llama Interinidad. Ése es el que más preocupa al concurso. Nada basta a cansarlo, ni el capeo, ni los pinchazos, ni las banderillas. Tanto asco le han tomado las cuadrillas, que nadie se atreve a coger la muleta, y me parece que ha de despacharle cualquiera de los tres espadas de reserva que ven la función.
—¿Qué espadas son esos?— preguntaron al parisiense.
—El Federal, el Restaurador, el Legitimista. De cualquier modo, añadió el francés, lo único que me prueba esta corrida diaria a que asisto es que el público tiene mucha paciencia y mucha afición a los toros.
Revista La Flaca, 1870. Aunque utiliza el mismo recurso que el artículo que hemos de comentar, no se corresponde con él (y mucho menos en la intención).
Actividad 08
Ésta es más fácil y entretenida. En el grabado que se incluye a continuación debes identificar un mínimo de ocho personajes (incluyendo los de los cuadros; uno está repetido), y explicar las razones de sus enfrentamientos. Termina con un breve comentario sobre la intencionalidad del autor.
La Flaca, 1870
Actividad voluntaria
A realizar durante las vacaciones de Navidad. Lectura de una cualquiera de las obras que se han enlazado a lo largo del curso. Realización de un breve informe (dos o tres páginas) en el que se relacionen (comparen, confronten, critiquen...) uno o varios episodios o aspectos del libro con lo que hemos estudiado. Por supuesto, no interesan resúmenes, análisis de personajes, etc. Se debe enviar antes de reanudar las clases.

domingo, 2 de diciembre de 2012

El convenio de Vergara

Un texto histórico permite una gran diversidad de comentarios, según la orientación que se le dé. Podemos centrarnos en explicar el acontecimiento concreto al que hace referencia, o relacionarlo con una consecuencia posterior, o con las circunstancias en que se desarrolla... Su calidad dependerá de la profundidad de su análisis, y no de la aplicación de unas reglas cerradas: no es un problema a resolver con una estrategia mecánica.

A título de ejemplo incluyo este comentario, uno de los muchos posibles, sobre el texto de la última actividad.

Espartero
El texto recoge una de las varias redacciones que se han conservado del acuerdo al que llegan los generales Espartero (liberal) y Maroto (carlista) en 1839, que supone el principio del fin de la primera guerra carlista. A pesar de su aspecto de texto legal, no pasa de ser un acuerdo privado entre dos mandos de los ejércitos enfrentados, que actúan de manera autónoma, sin haber recibido orden alguna de sus autoridades respectivas (y en el caso de Maroto enfrentado a ellas y totalmente desautorizado por el pretendiente al trono, Carlos de Borbón). El texto muestra, por tanto, la preponderancia que están tomando los militares en la vida política: sólo un año más tarde, Espartero se convertirá en regente.
Se nos ofrecen los cuatro primeros artículos del acuerdo, en los que dominan dos aspectos principales:
Los artículos 2 a 4 (al igual que los posteriores, no incluidos en el texto a comentar) buscan proporcionar una solución personal a los componentes del ejército carlista: podrán líbremente optar entre integrarse en el ejército liberal (asumiendo sus objetivos: se hace referencia expresa a Isabel II y a la Constitución de 1837), o retirarse a la vida privada. En los dos casos se les reconocerá como militares profesionales (y no como facciosos, como se les ha calificado durante la guerra), lo que les hará acreedores a los correspondientes sueldos o pensiones.
Maroto
En cambio, el artículo primero es el único que hace referencia al trasfondo político de la guerra, con la vaga promesa por parte de Espartero de velar por la continuidad de las leyes e instituciones forales de las provincias vasco-navarras. De todos los objetivos políticos carlistas en defensa del antiguo régimen (legitimismo, absolutismo, papel de la religión en la sociedad...), éste será el único que acabará por ser aceptado por los sucesivos regímenes liberales. La importancia que se le da deriva de las circunstancias de este Convenio. Las tropas carlistas implicadas proceden principalmente de Vizcaya y de Guipúzcoa, es decir de las provincias vasco-navarras, que conservaron su identidad política, legal e institucional tras la Guerra de Sucesión (a principios del siglo XVIII), a diferencia de los territorios de la antigua Corona de Aragón, que los perdieron por los Decretos de Nueva Planta.
Es ésta, por tanto la única concesión ideológica por parte del liberalismo triunfante. La propia vaguedad de la promesa ("recomendará con interés...", "oferta de comprometerse formalmente a proponer...") nos muestra sin embargo la oposición que los liberales muestran a todo aquello que rompa con el estado unitario y dentralizado. El propio Espartero, como cabeza de los progresistas, mostrará poco interés en darle cumplimiento, y serán sobre todo los moderados de Narváez (y más tarde los sonservadores de Cánovas), los que acaben por establecer una solución: eliminación de los fueros pero mantenimiento de los privilegios fiscales.
Se debe recalcar, para terminar, que este Convenio o "Abrazo" de Vergara tuvo exclusivamente las consecuencias que perseguía: poner fin a la guerra en la zona vasco-navarra, una guerra que todavía se prolongó varios meses en la zona del Maestrazgo pero que ya estaba virtualmente perdida. Sin embargo, el rechazo carlista al estado liberal se mantendrá, provocando dos nuevas guerras civiles en los siguientes decenios.